martes, 25 de agosto de 2009

Los diputados

estuve en la cámara de diputados de la nación mientras trataban la prórroga de facultades al poder ejecutivo.
Y ahora me pregunto,
¿que pasa con la fenomenal violación a la Constitución que se hizo ese día?
Quizás la mayor violación a nuestra Constitución después del golpe de estado.
Lo que pasa es que nadie se calienta porque casi nadie sabe lo que nuestra Constitución significa.
Lo que vale y lo perfecta que es.
Si la cumpliéramos al pié de la letra nuestro país no estaría como está.

Me dan ganas de gritar: que se vallan todos.

Otra vez.

Incluso la oposición.
Escuché a todos exponer sus fundamentos de porqué votaban en contra ese día a la prórroga de esos superpoderes,
pero no escuché a la oposición repetir en forma unánime sobre la gravedad de esta violación a la Constitución.
Al contrato del pueblo con el estado.
Y esto me hace pensar que no están a la altura de las circunstancias.

me parece que hoy se acuerdan de los pobres y de la desigualdad social sólo porque se sienten fuertes y quieren empezar a ensanchar su espacio político.

LOS POBRES SIEMPRE ESTUVIERON AHÍ.

Siempre la misma hipocresía de usarlos cuando es útil ese discurso.

Ahora que lo conocí a fondo, el congreso nacional, para mí no es para nada "honorable".
Mas bien si hay que reemplazar la "H" en la sigla HCN (honorable congreso nacional),
yo hoy escribiría: Hipócrita Congreso Nacional.

domingo, 23 de agosto de 2009

Democracia a medias

El poder legislativo prorrogó la delegación de sus facultades al ejecutivo.

Le prorrogó superpoderes a personas que dijeron querer ver de rodillas a una parte de la sociedad.

A personas que le han puesto palos en la rueda a una parte de la producción nacional.

Atacar a un sector productivo del país, es atacar a todo el país.

domingo, 9 de agosto de 2009

Distribución del ingreso / Alimentación

Dos grandes plantas de fabricación de un alimento envasado, económico, a base de carne y soja, destinado a las clases sociales mas humildes.

Con estas dos materias primas que abundan en el país y son muy ricas en proteínas, mas el agregado de algún suplemento vitamínico-mineral, se logrará un producto final altamente nutritivo y barato para mejorar la alimentación y salud de la población que se encuentra por debajo de la línea de la pobreza.

Estas plantas se ubicarían estratéjicamente en zonas marginales de producción, por ejemplo Salta y norte de Santa Fe, de esta manera estaría cerca de la producción de las materias primas y cerca de la gente a la que estaría destinado este alimento, así no tendría mayores costos de fletes.

La inversión debería ser de capitales mixtos, la parte privada se haría responsable de la eficiencia y la parte pública garantizaría la función social del proyecto.

Este proyecto no perderá de vista la potencialidad de exportar dicho alimento al resto de América Latina y eventualmente a Africa y Asia.

viernes, 7 de agosto de 2009

El costo económico de los proyectos sociales. (carta enviada a R. Terragno - Plan 10/16)

Don Rodolfo,
Buenas noches.

Le agradezco sinceramente su respuesta y mas aun su docencia.

Tengo necesidad de decirle algo:
Cuando se habla de evaluar los costos de llevar adelante un proyecto social, no debemos pensar como una empresa donde debe haber ganancia económica.

Tratándose de un proyecto de incidencia social, no importa el costo.

Primero: Se gasta tanto dinero en asuntos irrelevantes e innecesarios. Fondos hay.

Segundo: todo ese dinero que se invertiría y excediera el punto de indiferencia económico, osea que sería pérdida economicamente, desde el punto de vista del estado no se debe ver como pérdida, ya que todo ese dinero invertido, gastado, circulando, forma parte de la distribución de la riqueza. Lo que se puede apreciar erroneamente como pérdida económica, o costo elevado de operación, es positivo desde el punto de vista social, distribuyendo la riqueza por medio de empleo. Reemplazando planes "trabajar". (no hay nada mas ineficiente social y económicamente que estos planes, y el daño que causa a la cultura de trabajo es como un cancer en la sociedad, ya se ven sus efectos)

Tercero: si el fin es llevar adelante un proyecto que será sustentable en el tiempo y con creación de empleo permanente nuevo y genuino, y apuntado a las clases mas humildes para que mejoren su calidad de vida; si el fin es ese, no importan los medios.
Ni los económicos ni los políticos.

Para evaluar un proyecto social desde el punto de vista del estado, el costo económico no debe plantearse en primer lugar, ni en segundo ni en tercero.
Hacerlo, limita la imaginación.
Primero hay que desarrollar cual es el beneficio directo; segundo, los beneficios indirectos; Tercero la viabilidad y los obstáculos prácticos ( geográficos, políticos, culturales, etc) por último el costo económico.

No hay que escuchar a los tecnócratas que piensan la economía de un país como una empresa.
esto, cierra las oportunidades de desarrollo a la parte de la sociedad sin capacitación alguna, dejándolos a la deriva, a que se arreglen como puedan en el hiper competitivo mercado laboral no calificado.
Es dejar que la iniciativa privada resuelva los problemas de la desocupación y la pobreza. Pero esto ocurre sólo cuando vienen períodos florecientes de la economía en general.

El Estado debe retomar su deber de contener a esa gente más allá de los planes "trabajar".


Un saludo cordial.
Mariano Avelino Molina.


Ex combatientes de Malvinas

En mi última visita a Buenos Aires, estaba yo en avenida de Mayo y 9 de Julio, cuando pasó por delante mío una manifestación de ex combatientes de Malvinas volviendo del Congreso.
Parado cerca del cordón los observé con respeto. Al ritmo de redoblantes y bombo pasaron, desordenados, algunos vestidos de combate, otros de civil, con paso triste y cara de resignación, con una pancarta que decía algo así como: 27 años de olvido.
Cuando ya habían pasado me dí cuenta que no los aplaudí y me sentí mal. Me dí cuenta que nadie los aplaudió. Nadie rindió honor a ellos que fueron a la guerra por nosotros.
Desde acá quiero pedirles disculpas, expresarles respeto y rendirles honor tardío como representante de mucha gente del interior, donde no los vemos como parte del paisaje habitual de esa ciudad como se han acostumbrado a verlos allá.

(carta de lectores enviada a Clarín)